Vinculaciones


Ecología en Venezuela

El deterioro del medio ambiente ha sido, durante los últimos años, un tema de importancia primordial para los países del primer mundo. Irónicamente, en Venezuela (país que ha sido clasificado como uno de seis países "mega diversos" de Latinoamérica, considerado entre los diez lugares más importantes del mundo para la conservación de la biodiversidad) el debate sobre la problemática ambiental no ha cobrado el mismo vigor. Por lo general se habla de la contaminación del aire, del suelo y de las aguas; el saneamiento ambiental, trabajo y acciones en pro del ambiente, etc., y la obligación de motivarnos y concientizarnos de la importancia que tiene el ambiente para nuestro desarrollo y desenvolvimiento individual, grupal, físico y mental. Pero más allá de eso están las complicaciones de los sitios exactos del país. Ejemplos de atmósferas contaminadas esta: el valle de Caracas, los valles de Maracay y Valencia, en San Cristóbal, en el Lago de Maracaibo y en nuestra Ciudad Guayana. Es una neblina que difícilmente se distingue por la lluvia o por viento y que se forma con las sustancias toxicas de las fabricas.

El Problema del Manejo de Aguas Dulces

En Venezuela la mayor parte de la población y gran parte de la actividad industrial se encuentra ubicada en regiones con pocas fuentes naturales de agua (dos tercios del agua de nuestro país, sin incluir el Edo. Amazonas se encuentra en los Edos. Bolívar y Táchira. La conservación de los recursos existentes es de vital importancia para su efectiva gerencia; sin embargo, la falta de políticas de conservación y uso eficiente son tan culpables de la escasez de agua como lo es la concentración poblacional. Es en esta área donde la mayor parte de los esfuerzos del gobierno se deben concentrar.

Uno de los principales problemas en el servicio del agua radica en las deficiencias del proceso de cobro. En 1988, el INOS facturaba el 37% del agua consumida y cobraba el 71% de esa fracción. Las distorsiones que estos procesos generan se traducen en un agotamiento de los recursos.

Además de exceso de consumo, la región Norte de Venezuela presenta graves problemas de contaminación de fuentes de agua. La extracción de petróleo, el procesamiento de alimentos, las industrias textiles y las industrias pesadas de hierro y aluminio, son y han sido actividades productivas altamente contaminantes en nuestro país. Los sistemas de tratamiento de desechos tóxicos han sido implantados solo de manera parcial. Sin embargo, aun cuando se instalasen los debidos sistemas de tratamiento de agua, hay contaminación acumulada de muchos años que debe ser tratada con tecnología que resulta altamente costosa. La asistencia de organizaciones internacionales y de los multilaterales es vital en este aspecto, y debe ser perseguida.

Dado que los principales problemas de contaminación se encuentran en los Lagos de Valencia y Maracaibo, a continuación señalamos algunos datos interesantes acerca de la problemática de cada cuenca.

Lago de Valencia
La concentración de industrias en un reservorio de agua sin salidas ni capacidad natural de drenaje constituye el problema más grave que afronta el Lago.

A pesar que más del 70% de las industrias aledañas al Lago han instalado plantas de tratamiento, muchas no funcionan adecuadamente. Igualmente, el Lago continua contaminado por los años de maltrato ecológico que han precedido estas medidas, por lo que sin un proceso de "resucitación" del Lago, este podría estar efectivamente muerto antes que termine el siglo.

La contaminación, la falta de drenaje y el exceso de afluencia (en 1978, el río Cabriales fue desviado hacia el Lago) han hecho subir el nivel del Lago, lo cual amenaza a poblaciones, industrias y cultivos cercanos a su orilla.

Lago de Maracaibo

* Principal contaminación proviene de la extracción y transporte del petróleo.

* Desagües municipales e industrias (en especial las petroquímicas) contribuyen a la contaminación del lago.

* Solo un tercio de las industrias contaminantes poseen equipos de tratamiento de desechos.

* El dragado del Canal para permitir el acceso de buques de gran calado desde el Golfo de Venezuela ha contribuido con la salinización del Lago, dañando seriamente las actividades pesqueras en la zona.

Cabe destacar que en las labores que se han acometido hasta ahora para sanear estas dos cuencas, el Ministerio del Ambiente (MARNR) ha recibido significativa asistencia de parte de entes internacionales (la Comunidad Europea) y de organizaciones no gubernamentales (ONG) regionales.

Claramente, la contaminación de las fuentes de agua es un problema típico de exceso en el uso de contaminantes. Los incentivos económicos deben contribuir para bajar los niveles de contaminación a un punto óptimo. En este sentido, una sugerencia seria implantar un sistema de impuestos ambientales de acuerdo a la cuantía de contaminación. Asimismo, deben imponerse multas y/o impuestos que desincentiven las actividades altamente contaminantes y estimulen la sustitución por técnicas más ecológicas.

Problemas Relacionados con la Minería
Las actividades de extracción de oro en la zona de Guayana han generado una significativa contaminación de las aguas con mercurio. El uso del mercurio en una forma apropiada no debería causar problemas ambientales y es una manera segura y efectiva de extraer oro. Sin embargo, el uso indiscriminado del mismo afecta las fuentes de agua de las cuales se nutren actividades agrícolas, ganaderas y de pesca. Como ejemplo, un estudio de peces extraídos de la región de Guayana encontró que los niveles de mercurio en los hígados de los mismos eran siete veces mayor que el nivel aceptable. Para los humanos, el exceso de mercurio es un problema grave que genera numerosas enfermedades cerebrales, motoras y de la piel.

Son dos las causas principales de este fenómeno. La primera es la venta indiscriminada de mercurio, tanto en Venezuela como en Brasil. La segunda proviene de la poca vigilancia fronteriza que contribuye a la presencia de centenares de mineros ilegales que operan en nuestro país sin reparo alguno por el daño ambiental que originan.

El Problema de la Gerencia de Tierras

Las riquezas naturales de Venezuela se ponen de manifiesto en sus bosques. El 58% del territorio nacional es boscoso. Nuestro país tiene un gran potencial forestal, ya que más de la mitad de nuestros bosques están conformados por especies comerciables. Sin embargo, la actividad forestal ha sido poco planificada hasta ahora. El 0.7% de nuestros bosques se pierde anualmente y, aunque esta cifra esta por debajo del promedio regional, podría ser aun mejor.

Esta es una señal de que, en el caso específico de recursos terrestres, hace falta la colaboración de organizaciones locales que vigilen en cumplimiento de ordenanzas y velen por el cumplimiento de metas ambientales específicas. En este sentido, el conocimiento de los 'locales' acerca de las peculiaridades de cada región y los actores que influyen sobre el ambiente hace que la actividad privada tenga mucho que aportar.

Problemática Institucional

Las deficiencias institucionales impiden la efectividad de la política ambiental a todo nivel y constituyen una problemática que decidimos considerar aparte de las demás.

La efectividad de la política ambiental depende en gran parte del funcionamiento y organización del Estado. En este sentido, consideramos que la política ambiental debe orientarse, por una parte, hacia la vigilancia y el control ambiental, y por otra hacia la creación de incentivos de mercado que eliminen el excesivo aprovechamiento de recursos y el uso de técnicas de producción poco ecológicas por la otra. La creación de dichos incentivos puede servir de apoyo para la incorporación del sector privado a las tareas ambientales y para financiar las mismas tareas del Estado. Los problemas de la contaminación atmosférica lo podemos enfrentar. Para ello necesitamos de un gran esfuerzo de parte del Gobierno Nacional, con la colaboración amplia y decidida del pueblo para evitar acciones y modos de conducta que favorezcan la contaminación.

Después de realizar este ensayo me doy cuenta de que actualmente nuestro ambiente está muy contaminado. El gobierno nacional esta gravemente obligado a defender exitosamente el hábitat, respondiendo por eso, crean los organismos competentes que intervengan técnica y científicamente por mantener, en las mejores condiciones, todos los recursos naturales que integran y conforman el paisaje nacional; aunque parece que nuestro Gobierno actual no esta muy preocupado en ayudar al ambiente en este preciso momento aunque podría ayudar con campañas publicitarias y comerciales para realizar saneamientos ambientales dentro del país.

La contaminación está en un punto tan grave que, si sigue progresando a este ritmo, pronto nos quedaremos sin nuestra Capa de Ozono, nos quedaremos sin unos océanos mares ríos y lagos limpios, sin una flora y fauna completa y agradable que conviva con nuestra especie pacíficamente.

Todos tenemos que poner de nuestra parte para lograr tener un planeta Tierra que valga la pena, que no esté contaminado, tener un planeta en donde todas las especies vivientes puedan vivir felices sin ningún tipo de problema de este rango. Por ultimo, hay que reconocer la posición estratégica en la que Venezuela se encuentra. Nuestro país debe invertir tiempo, dinero y recursos en la protección del medio ambiente. Sin embargo, nuestra diplomacia debe ejercer presión para que los países que reciban externalidades positivas de la protección de nuestro ambiente compensen nuestros esfuerzos. Acciones como la de dar acceso a determinados fondos a aquellos países que cumplan determinadas metas ambientales, así como la promoción de Venezuela como centro de ecoturismo e investigación ecológica, generarán recursos y darán mayor relevancia al tema ambiental y la idea del desarrollo sostenible a largo plazo.
 

                                                         

Ecología en América


Desde México hasta la Amazonia, la sabana gana terreno en América Latina y la desertificación de las tierras agrícolas amenaza a la seguridad alimentaria del continente, según un informe de expertos sobre los impactos del cambio climático publicado en Bruselas.

Para 2050, la mitad de las tierras agrícolas podría verse afectadas, afirman los autores, con un grado "elevado" de certeza, exponiendo a "decenas de millones" de personas al hambre y a entre 60 millones y 150 millones a la reducción de los recursos de agua (hasta 400 millones en 2080), según las previsiones económicas y demográficas del Grupo de Expertos Intergubernamental sobre la Evolución del Clima (IPCC, bajo la égida de la ONU).

El continente ya ha experimentado en los últimos años una sucesión de acontecimientos radicales: lluvias torrenciales en Venezuela, inundaciones en la Pampa argentina, sequías en la Amazonia, tempestades de granizo en Bolivia y una temporada récord de ciclones en el Caribe. Al mismo tiempo, las precipitaciones se reducen en Chile, en el sur de Perú y en el sudoeste de Argentina.

Sobre todo, con el alza de las temperaturas ya registrada (+1º C en América Central y América del Sur en un siglo, frente a +0,74º C de promedio mundial), los glaciares andinos se retiran y esta tendencia se vuelve "crítica" en Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador.

"La disponibilidad del agua destinada al consumo y a la hidroelectricidad ya está comprometida" y el problema se acentuará en el futuro, convirtiéndose en "crónico" si no se toman medidas, afirma dicho documento.

En su último informe científico publicado en enero, el IPCC prevé un aumento mundial del termómetro de una media de entre +1,8º C y + 4º C para el año 2100, dentro de una horquilla más amplia de entre 1,1º C y 6,4º C. Casi las tres cuartas partes de las tierras ya están "moderada o gravemente" afectadas por un proceso de degradación que progresa a un "ritmo muy elevado", sobre todo en la selva, también amenazada por los incendios.

El documento recuerda que en América Latina se encuentran siete de los 25 principales lugares de fuerte concentración de especies endémicas que están a punto de perder su hábitat natural (mariposas, ranas, reptiles y mamíferos). No obstante, la creación de corredores ecológicos y de reservas naturales para la preservación de la biodiversidad podrá constituir un frente contra el calentamiento.

El aumento del nivel de los océanos -de 20 a 60 cm para fines de este siglo, según las previsiones de los científicos del IPCC- "muy probablemente" provocará inundaciones en las tierras bajas, como en El Salvador, Guayana y el estuario del Río de la Plata, alrededor de Buenos Aires, afectando a la industria turística en las playas de México y Uruguay.

Este fenómeno también podría poner en peligro a los manglares en Brasil, Ecuador, Venezuela y Colombia. El aumento de la temperatura del agua amenaza a los corales de las costas de México, Panamá, y a los arrecifes de coral de Belice, que forman parte del patrimonio mundial de la Humanidad.

Referencia:  http://www.terra.com.mx/articulo.aspx?articuloid=260051







América Latina
¿Redención de los Pecados Ecológicos?

En las últimas tres décadas, el medio ambiente ha sufrido un creciente deterioro en América Latina. Ahora, en vista de los problemas ambientales, las estrategias de desarrollo sostenible gozan de creciente aceptación.

Tal la conclusión a la que llega el investigador Hartmut Sangmeister en un estudio que acaba de publicar el Instituto de Estudios Iberoamericanos, con sede en Hamburgo. "Un inventario de las estrategias nacionales de desarrollo sostenible demuestra, no obstante, que la letra y la aplicación práctica difieren aún en muchos países", acota Sangmeister.

Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Gases tóxicos en el ambiente: un problema central.Ya en el III Informe Global sobre el Medio Ambiente (GEO 3), del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), publicado en 2002, América Latina no salió muy bien parada. En GEO 3 se llegó a la conclusión de que en las pasadas tres décadas, la situación ambiental en América Latina y el Caribe empeoró continuamente.

Las principales causas fueron el crecimiento demográfico, la creciente desigualdad en la distribución del ingreso, deficiencias en la planificación de uso del territorio –sobre todo en las ciudades– y la persistente dependencia de muchas economías de la explotación de los recursos naturales.

Serios peligros para la salud

De acuerdo con GEO 3, en América Latina se registra más del 40% de la pérdida mundial de bosques naturales. Más de 300 millones de hectáreas ya están degradadas en la región y casi el 30% de los arrecifes coralinos en el Caribe están amenazados de desaparecer.

En las ciudades, donde vive el 75% de la población latinoamericana, la población está expuesta a serios peligros para la salud, particularmente por la contaminación del aire y del agua y una deficitaria eliminación de residuos.

Por si fuera poco, la región es azotada cada vez más por severas catástrofes naturales, que posiblemente se deban a cambios climáticos y que afectan sobre todo a las capas de población más pobres en las ciudades.

Creciente aceptación del desarrollo sostenible

En cooperación con el Observatorio del Desarrollo de la Universidad de Costa Rica y otras instituciones latinoamericanas, en 2003, el PNUMA presentó un informe ambiental sobre América Latina y el Caribe (GEO-LAC 2003). En él se mencionan las principales áreas de degradación ambiental.

Las más importantes son: degradación y erosión del suelo, desertificación, pérdida de bosques, reducción de la biodiversidad, contaminación del aire, contaminación de aguas, crecimiento incontrolado de las ciudades y suciedad en las aguas costeras.

No obstante o quizás justamente por ello, dice Sangmeister, en la región se registra ahora una creciente aceptación de las estrategias de desarrollo sostenible. Agrega que "grupos de la sociedad civil y organizaciones no gubernamentales combaten los comportamientos que dañan el ambiente y exigen de las autoridades un control efectivo de las disposiciones ambientales vigentes".

La letra y su aplicación divergen

Casi todos los países de la región tienen instituciones a nivel de gobierno para la protección ambiental y el desarrollo sostenible. Los estándares de las convenciones internacionales para la protección del ambiente se han plasmado en programas y estrategias.

"Sin embargo", advierte Sangmeister, "en muchos lados la letra y su aplicación divergen". Déficit presupuestarios, pero también la resistencia de grupos de intereses limitan la implementación de las regulaciones y la capacidad de imposición de las autoridades ambientales.

América Latina necesita imperiosamente crecer económicamente, subraya el investigador, "pero decisiva es la calidad de ese crecimiento". Y "para que el crecimiento sea sostenible, debe ser desconectado más que hasta ahora del insumo de materiales y medio ambiente".

Empresas tienden a resistir regulaciones
Asimismo advierte de la desregulación insensata: "el desarrollo económico determinado exclusivamente por fuerzas de mercado no reguladas no puede ser sostenible, porque las empresas tienden a resistir las regulaciones ambientales, lo que más logran cuanto más poder de mercado tienen".

Por ello, concluye, "una política de competencia que funcione es un elemento esencial para una política económica orientada hacia la sostenibilidad".

El Prof. Dr. Hartmut Sangmeister es catedrático de economía del desarrollo en la facultad de Economía y Ciencias Sociales de la Universidad de Heidelberg. Sus áreas principales de investigación en los últimos años han sido: el desarrollo económico y social de América Latina, los procesos de reforma económica y la integración regional en el Cono Sur.

Referencia: http://www.latinoamerica-online.info/soc04/natura31.04.html



Ecología en Suramérica


La Ecología en Suramérica o también llamada Sudamérica sera descrita de la siguiente manera:

2.-COLOMBIA

Según los estudios ecológicos realizados, más del 68% de los suelos de Colombia tienen vocación forestal (es decir, que algunas fueron o actualmente son bosques).
Sin embargo, para el año de 1987 la cobertura vegetal era sólo de 49%. Esta cifra es alarmante si tenemos en cuenta que la frontera agrícola se extiende día a día, haciendo aún menor la cantidad de bosques en Colombia. Por otra parte, los niveles de contaminación en las ciudades y en los ríos son altos y sus consecuencias graves para las poblaciones animales y vegetales que se encuentran en contactos con ellos.
Colombia es, gracia a su ubicación geográfica, un país notable por su enorme biodiversidad y sus contrastes. Este territorio no solamente alberga una enorme cantidad de especies animales y vegetales, sino también una amplia variedad de etnias y culturas que forman partes muy importante del país y deben ser preservadas.
Se han establecido unidades de conservación que forman parte del Sistema de Parques Nacionales en diferentes regiones del país. Esas unidades pretenden proteger el patrimonio cultural, natural y genético.

PARQUE NACIONAL NATURAL AMACAYACÚ”.

Fue declarado parque nacional natural en 1975. Está ubicado en el extremo sur de la Amazona colombiano y tiene una extensión de 293,000 hectáreas. Este parque presenta dos tipos de superficies; la de la tierra firme que es ondulada y la de las “vegas” o terrenos inundables que reciben la influencia de las crecientes de los ríos.
La zona tiene una temperatura media anual de 27,5° C y un promedio de precipitación de 3,000 mm.

En su flora se caracteriza la Victoria amazónica, los cedros rojos y blancos y la caoba; y se caracteriza, también, por la enorme variedad de fauna, dentro de la cual sobresalen aves como guacamayas, pericos y trepatroncos. Se calculan que habitan unas 450 especies de mamíferos como la nutria, el mono tití, el puma, la danta y el venado. Hay números reptiles como la boa, la coral, la anaconda, la tortuga charapa y el caimán negro. La piraña y el temblón son peces típicos de la región.

PARQUE NACIONAL NATURAL EL TUPARRO”.

Fue declarado parque nacional natural en 1980. Esta localizado en los llanos orientales en el Vichada. El río Orinoco le sirve de frontera oriental con Venezuela. Tiene una superficie de 548,000 hectáreas. El territorio es, en general, planos con leves ondulaciones.
Su temperatura media anual es de 27° C y la precipitación promedio va de 1905 mm en el centro de parque, hasta 2363 mm en su extremo oeste.

En su flora se caracterizan las comunidades de morichales y de saladillales. En su fauna encontramos el pez Osteoglossumferreyrae (un fósil viviente), la cachama, que es comestible, la piraña y el temblón, numerosas aves como paujiles, guacharacas y mochuelos; los mamíferos como el mono araguato, el perro de agua y el venado sabanero.

“PARQUE NACIONAL NATURAL MACUIRA”.

Fue creado en 1997. Se encuentra localizado en el departamento de la Guajira; su extensión es de 25,000 hectáreas.

El clima de la región es de baja pluviosidad y las altas temperaturas.

Se encuentran en el parque algunas orquídeas, platanillos, bijaos, olivos, pitallos y guamacho. En su fauna, los mamíferos están representados por algunas ardillas, tigrillos, gatos pardos y venados. Dentro de las aves se encuentran el guacharaco (especie endémica) la mirla y el azulejo netarívora.

“ PARQUE NACIONAL NATURAL LAOS FARALLONES DE CALLÍ ”.

Este parque, que se encuentra sobre la cordillera Occidental en el departamento del Valle de Cauca, fue declarado parque nacional en 1968. Su superficie es de 150,000 hectáreas. Alberga diferentes ecosistemas: selva húmeda, bosque húmedo de piso templado, frío y páramo.

El clima varía dependiendo de la vertiente de la cordillera; en la vertiente occidental la temperatura promedio es de 25° C, mientras que en las cimas es de 5° C. La precipitación varía de igual manera dependiendo de la vertiente. En la vertiente oriental la precipitación promedio es de 3,000 mm, en la vertiente occidental es de 6,000 mm, y el sector de los farallones es de 2,500 mm.

En su fauna en las zonas bajas se encuentran lianas, hierbas, bejucos leñosos, cacaos silvestre y guabas. En la fauna como representante de los mamíferos tenemos a los marsupiales, murciélagos, osos hormigueros, monos maiceros; dentro de las aves encontramos las águilas solitarias, la paloma y el gatillo de roca.

2.-VENEZUELA.

Las primeras reservas forestales de Venezuela fueron creadas a inicio de los años '50, con el propósito de garantizar el suministro de materia prima para la industria de la madera en el país. Sin embargo, no fue sino 20 años después que se otorgan las primeras concesiones.
Las zonas naturales más importantes de Venezuela son:

“LA GUYANA”.
Es una extensión natural del territorio Amazonas. El estado de Bolívar tiene 24 millones de hectáreas. Se encuentra cubierto por bosque el 70% de su superficie. Desde 1987, cerca de 3 millones de hectáreas de bosque tropicales han sido entregadas en concesión para la explotación de madera en esta parte del país.
Todas las nuevas concesiones se otorgarían en el estado de Bolívar, cuyos bosques se destacan no sólo por la abundancia de maderas preciosas, sino también por su especial riqueza genética, por su valor estratégico, y por la fragilidad asociada de su delicado balance ecológico.

La experiencia acumulada hasta la fecha indica que el manejo sostenible de bosques para la producción de madera industrial, en la que se ha practicado en Venezuela hasta la fecha, ha sido más un mito que una realidad. Los bosques han sido normalmente explotados como si fuesen minas, causando daños insostenibles al patrimonio nacional. En el estado Bolívar, a la explotación de maderas de suma el impacto de la minería aluvial. De repetirse allí los errores que han caracterizado el manejo de bosques en otras partes del país, se estaría cometiendo uno de los crímenes más perversos contra la seguridad y la estabilidad nacional.

“EL IMATACA”.

La reserva forestal, El Imataca, al noroeste del país, es una bella y enorme área de bosques, es el hogar de cinco pueblos indígenas y de una gran variedad de vida silvestre. En reconocimiento a su importancia ecológica, Imataca ha sido una reserva protegida por más de 30 años. Pero ahora, está área única de bosque húmedo se encuentra amenazada por el mismo gobierno que está encargado de protegerla en beneficio de las generaciones futuras.
El bosque y todas las formas de vidas dependientes de él, están a punto de ser sacrificados a la riqueza que potencialmente yace bajo su suelo, en la forma de enorme reservas de oro y diamantes.

El año pasado, bajo la presión de la industria minera, el presidente de Venezuela y su gabinete decidieron, sin mediar una consulta pública adecuada, repartir gran parte de la reserva forestal de Imataca entre empresas forestales y mineras. Lo hicieron ignorando el estatuto protegido del bosque, ignorando los derechos de los pueblos indígenas que lo habitan, e incluso ignorando todos los acuerdos nacionales e internacionales que han suscrito para proteger el área.

LA DESTRUCCION DE LAS RESERVAS FORESTALES DE VENEZUELA.

Las primeras reservas forestales de Venezuela fueron creadas a inicios de los años cincuenta, con el propósito de garantizar el suministro de materia prima para la industria de la madera en el país. Si embargo, no fue sino 20 años después que se otorgan las primeras concesiones. Durante ese tiempo, la producción de la madera en reservas forestales se baso en el otorgamiento de permisos anuales de extracción, lo que en la mayoría de los casos produjo a la destrucción, o a una severa degradación, de los recursos afectados. 

Al inicio de los años 70 se acuerda el otorgamiento de las primeras dos concesiones forestales a largo plazo (treinta años), a las empresas CONTACA Y EMALLCA, sobre superficies de 40,700 y 60,300 hectáreas, respectivamente, en la reserva forestal del Ticoporo, en el estado Barinas. Durante los siguientes 10 años, la madera industrial extraída de reservas forestales representa menos de 15% de la producción total en el ámbito nacional. Las deforestaciones y los permisos anuales continuaron aportando la mayor proporción de la madera industrial que se producía en el país. Casi 10 años más tarde se reinicia el otorgamiento de concesiones, alcanzando 500,000 hectáreas para 1984. entre 1987 y 1992 la superficie en concesión aumenta 6 veces, para superar las 3.000,000 de hectáreas. La mayor parte de las nuevas concesiones se otorgaron en el Estado Bolívar. Sin embargo, en 1992 la producción de bosques bajo concesión presenta solo un tercio de la producción total de madera industrial en el país. A pesar del aumento en la superficie en concesión, la mitad de la madera industrial continua proviniendo de deforestaciones y de los permisos anuales que otorga el Ministerio del Ambiente. El 17% restante provino de las plantaciones de pino en el oriente del país.

Una proporción alarmante de la superficie original de las reservas forestales al norte del Orinoco a sido destruida. Los remanentes se encuentran en su mayor parte intervenidos y severamente degradados. Algunas reservas forestales desaparecieron por completo, como es el caso de Turen, en el Estado Portuguesa, en donde originalmente existían 116,000 hectáreas de bosques ricos en maderas finas. Lo mismo ocurrió con el lote boscoso de San Francisco en el Estado Bolívar, en donde se destruyeron 40,000 hectáreas de selva tropical. También ha desaparecido casi la totalidad de los lotes boscosos originalmente localizados al norte del Orinoco, en donde se han destruida más de 300,000 hectáreas de bosque y junto con ellos las riquezas biológicas que albergaban. Otras reservas forestales perdieron la mayor parte de su superficie original, como Ticoporo, Caparo, Camilo y Río Tocuyo, en donde se han destruido más de 870,000 hectáreas de bosques naturales. Esta destrucción a ocurrido a pesar de que el articulo 57 de Ley Forestal, de Suelos y Aguas establece:

<" En ningún caso se podrá colonizar o enegenar las reservas forestales, sin la previa autorización del Consejo Nacional">.

La mayor parte de la transformación de tierras publicas, originalmente boscosas, a la actividad agropecuaria bajo propiedad privada, dentro de reservas forestales, ha ocurrido sin autorización del Consejo Nacional, por decisión principalmente de la Federación Campesina y del Instituto Agrario Nacional, con el apoyo de partidos políticos y de intereses económicos en las zonas afectadas.

PARCELAS DE "INVESTIGACION".

En 1984 entra en vigencia la resolución 506 del Ministerio del Ambiente, según la cual los concesionarios forestales deben establecer parcelas de investigación dentro de sus concesiones, y adelantar actividades de investigación, con el propósito de mejorar las actividades de manejo. La naturaleza de la investigación seria acordada por el Ministerio del Ambiente.

Al poco tiempo, la interpretación y aplicación de esta resolución se tergiviso de tal manera que incluía a concesionarios potenciales, aquellos empresarios en el proceso de preparación de planes de manejo. En estos casos, al empresario se le permitía explotar los primeros uno o dos compartimentos de la concesión afectada, en el entendido de que tales explotaciones incluirían actividades de investigación de valor para el desarrollo de planes de manejo mejor sustentados. Así, en una concesión de 180,000 hectáreas, concesionarios potenciales podían extraer aproximadamente 45,000 M3 por año, durante uno o dos años, con el valor comercial promedio en el mercado local de $ 4.000,000.00 anuales.

En uno de estos casos en la Altiplanicie del Nuria, Estado Bolívar, el Servicio Forestal Venezolano autoriza a la empresa Madedera Nuria la extracción de 44,850 metros cúbicos de dos parcelas de investigación. La extracción efectiva fue de 80,000 metros cúbicos, con un valor de $ 9.000,000.00. Más del 80% de la extracción correspondió a una sola especie, el Mureillo [Erisma uncinatum], una especie de difícil regeneración y la más valiosa en esa parte del país.

La autorización de la explotación de un volumen desproporcionado de una sola especie tuvo lugar a pesar de que representaba menos de un quinta parte de la madera comercial existente en la región, y a pesar de la política del Servicio Forestal de fomentar la diversificación de la producción a través del aprovechamiento de un mayor número de especies. Madedera Nuria es propiedad de un consorcio formado por el empresario Antonio Gaspar y el Ministerio de la Defensa.

La explotación de este lote boscoso fue investigada en 1993 por la Fiscalía General de la República y el Juzgado Quinto Penal de Distrito Federal. Se concluyó que se habían cometido a actos ilícitos, como explotaciones en zonas protectora y fuera de las áreas permitidas por el Ministerio del Ambiente. Esta y otras actividades similares fueron autorizadas por el Servicio Forestal, en contradicción con sus propias políticas, y sin la existencia de planes de manejo. Toda clase de abusos y corruptelas sirven de huella a la Resolución 506. Algunos concesionarios potenciales extendieron sus explotaciones " experimentales " durante más de dos años. Otros simplemente vendían la madera en pie a terceras personas. El aprovechamiento de mucho de estos comportamientos fue particularmente descuidados, algunas veces bajo el argumento de que la explotación de mayores cantidades de madera deberían formar parte de actividades " experimentales ".

La Mayor parte de las investigaciones realizadas por aplicación de esta resolución carece de valor técnico, científico o practico. Su tipo y alcance evidencian que, en su mayor parte, la investigación fue utilizada como una excusa para explotar bosques ricos en maderas comerciales, sin cumplir con los requisitos establecidos por la Ley Forestal, de Suelos y Aguas.

LEY PENAL DEL AMBIENTE.

Con la promulgación de la Ley Penal del Ambiente en 1992, la extracción de madera comercial de parcelas experimentales fue cuestionada. De acuerdo con esta nueva ley, toda actividad industrial debe ser precedida por un estudio de impacto ambiental. La explotación comercial de parcelas experimentales se consideró violadora por la reglamentación vigente.
La presión de grupos conservaciosistas lleva varios de estos casos a los tribunales de justicia. La decisión de la corte en 1994 desemboca en la remoción del director del Servicio Forestal y de alguno de sus más cercanos colaboradores, y en orden de arresto contra el Director de Servicio Forestal y varios de los principales madereros del país.

Durante estos juicios se debatió si se podía considerar que los planes de manejo, en la forma en que se han tradicionalmente establecido en el país, cumplían con los requisitos de la Ley Penal del Ambiente para la evaluación del impacto ambiental. La mayor parte de los planes de manejos existentes no se ajustan a los requisitos básicos de estudio de impacto ambiental. Normalmente se limitan a los aspectos relacionados con la explotación de madera, tocando solo en forma superficial el conjunto de recursos y servicios relacionados con al bosque en cuestión. Se minimizan o ignoran aspectos cruciales, tales como el impacto de la explotación sobre la biodiversidad, el ciclo de nutrientes, la compactaron de los suelos, la apertura del dosel, en incremento de la luminosidad, la destrucción de hábitats; la regeneración la supervivencia y el crecimiento de las especies; la alteración de la composición florística del lugar, la erosión genética y económica del recurso, o el impacto sobre la fauna.

Generalmente se enfocan casi exclusivamente la superficie delimitada por los linderos de la concesión, sin tomar en consideración el impacto sobre el entorno físico y social circundante. El efecto sobre comunidades indígenas aledañas, el deterioro de carreteras por el transporte pesado de rolas, la contaminación atmosférica causadas por la quema de desperdicios en los aserraderos, o el deterioro del valor económico del recurso, son algunos de los aspectos que se excluyen de los planes de manejo, pero deben formar parte de estudios integrales de impacto ambiental.

El tratamiento del sector forestal en la Ley Penal del Ambiente se encuentra viciado por subterfugios jurídicos y exabruptos técnicos. El articulo quinto del decreto presidencial 2213, el 23 de Abril de 1992, identifica a la explotación forestal como < " área susceptible de degradar el ambiente" >, y por lo tanto obligada a la presentación de estudio de impacto ambiental. Sin embargo, se especifica en ese mismo decreto que las evaluaciones de impacto ambiental solo serán necesarias < " cuando las explotaciones forestales ocurran en terrenos como pendientes comprendidas entre 15% y 50% " >. En la gran mayoría de los casos existentes en Venezuela, la explotación forestal se autoriza en terrenos con pendientes no mayores a 20%. En consecuencia, a través del decreto presidencial 2213 se ha efectivamente excluido a los concesionarios forestales de la obligación de presentar estudio de impacto ambiental. Se implica así mismo que la explotación forestal en el país no es susceptible de degradar el ambiente, por el simple hecho de practicarse sobre terrenos con pendientes menores al 15%.

Los planes de manejo, en la forma en que se preparan y practican en Venezuela, no cumplen con el lineamento de la FAO para la evaluación del impacto ambiental de actividades forestales. Tampoco cumplen con los requisitos básicos de la guía para Estudio de Impacto Ambiental del Ministerio del Ambiente, el organismo encargado de velar por la protección y el manejo sostenible de los recursos forestales del país.

Costa Rica cuenta con un 30% de territorio nacional destinado para parques nacionales, de reservas de vidas silvestres, reservas biológicas, etc. en otras palabras destinadas a la conservación de la vida en nuestro planeta.

Nuestro país cuenta con 112 volcanes los cuales proporcionan un escenario de gran belleza panorámica y una mezcla de diferentes ambientes y tipos de bosques a lo largo y ancho del territorio.







Ecología en el MUNDO








El panorama actual no es muy alentador, ni en el ámbito mundial, ni en el
ámbito nacional: efecto invernadero, destrucción de la capa de ozono,
aumento de los incendios forestales, escasez y contaminación de los
recursos hídricos, cambios climáticos, mala distribución de recursos
alimentarios, extinción de especies vegetales y animales, etc. Lógicamente,
todos estos fenómenos inciden de manera directa o indirecta, pero
negativamente, sobre la diversidad biológica o biodiversidad (palabra muy en
boga actualmente) de nuestro planeta. Realmente no somos capaces de estimar
las consecuencias de todo este proceso, ya que la pérdida de plantas,
animales y microorganismos, es decir, el acervo genético que contienen y los
intrincados ecosistemas que constituyen, son la fuente potencial de inmensas
riquezas materiales, muchas de ellas aún sin explotar, ya sea en forma de
alimentos, medicinas u otras sustancias de interés comercial.

Hoy, es urgente la necesidad de proteger y aún más necesario es su estudio y
detallado conocimiento que nos permita una correcta gestión en nuestras
políticas de conservación; es hora que reflexionemos sobre las importantes
palabras vertidas por el reconocido entomólogo Dr. BERNARD D'ABRERA: "Como
el medio ambiente está siendo destruido, la capacidad de investigación de
las futuras generaciones de científicos y naturalistas estará limitada a
los pocos Museos que queden en pie".

La conservación de especies animales, no es sino, una actividad parcial
dentro de otra general como lo es la conservación biológica. Pero, al tratar
sobre la conservación de especies animales o al preservar los valores que la
fauna puede ofrecer, se ha cometido siempre el grave error, que es el de
considerar con exclusividad a los vertebrados y en particular aquellos
provistos de pelo y plumas, y se ha olvidado la existencia de seres más
"modestos" pero no menos importantes. Para restaurar nuestro ecosistema, se
deberá basar en la preservación controlada y cuidado de los "organismos
inferiores", como el eslabón fundamental de la cadena biológica que componen
su flora y fauna.

Los países más desarrollados ya han tomado conciencia de estos daños
irreversibles; sus investigadores y gobiernos han trabajado y trabajan para
conocer su fauna entomológica, su distribución y situación actual.
Conocimientos que han sido herramientas imprescindibles para la elaboración
de sus legislaturas de protección de los invertebrados y establecimiento de
zonas de protección.

Pero, ¿cuál es el estado actual de conocimientos sobre la fauna entomológica
en la Argentina? ¿Cuáles han sido las líneas de política conservacionista?


Sobre estos importantes temas, cabe preguntar: ¿Qué conocimientos reales
tiene nuestra administración fiscalizadora sobre los insectos y las amenazas
a sus poblaciones? ; ¿qué criterios hay que considerar para establecer zonas
y especies protegidas? ; ¿qué medidas de gestión habría que poner en
práctica?......

Ante esta situación de no saber qué proteger y cómo hacerlo, el organismo
competente en el tema podría instrumentar una ley que "lo proteja todo, por
sí acaso". Por una parte, es evidente que sólo una legislación no es
suficiente para evitar la extinción de especies en peligro, pues se conocen
casos de especies "protegidas" que se han extinguido, incluso entre los
Lepidópteros (mariposas). Pero también, por otro lado, una legislación
restrictiva en términos científicos es aberrante, por impedir teóricamente,
el estudio y catalogación de los insectos, que necesitan de muestreos y
trabajos de laboratorio para su correcta determinación. Evidentemente el
problema de la protección y conservación requiere una inmediata
implementación por parte de idóneos en la materia... pero sigue sin
solución.

Tras un análisis de la relación de nuestras especies, podemos afirmar
especialmente el gran desconocimiento actual sobre la situación de las
poblaciones de Lepidópteros y de cuáles son las verdaderas razones (causas
naturales o debidas a la actividad humana) de su disminución, lo que deriva
en una gran paradoja a la hora de enfrentarnos con su protección:
¿Cómo pretendemos conservar lo que aún no conocemos? 

En un futuro próximo, y particularmente por la prospección de nuevas áreas
de interés entomológico, deberán considerarse como una estrategia de
conservación, acompañada al margen de otras medidas de protección, de
investigación y estudio de los requerimientos de las especies, su biología y
su situación en cada lugar y momento, como coinciden la mayoría de los
autores conservacionistas.

Y aquí se señala la importancia del aficionado, quien por su pasión en el
conocimiento y observación de la naturaleza, brinda su gran aporte a la
ciencia: proporcionando y llevando a cabo relevamientos serios que
constituyen la fuente del estudio científico; ya que, resulta imposible que
un profesional en la materia pueda capturar y determinar tantas especies
distintas en los diferentes rincones del país, durante todas las épocas del
año, y paralelamente desarrollar sus estudios específicos de laboratorio.

Los resultados preliminares sobre la distribución de los Lepidópteros
argentinos, demostrarán que un número alto de especies consideradas
vulnerables o en peligro de extinción no siempre coincide con las áreas
protegidas, y viceversa. Los argumentos a tener en cuenta a la hora de
planificar las áreas de protección deberán considerar las causales de su
posible extinción: vulnerabilidad, desaparición de su planta nutricia,
destrucción o alteración de biotopos por talas y deforestación incontrolada,
urbanismo, industrialización, repoblación forestal exótica, cambios
climáticos, polución atmosférica, invasión de su hábitat por malezas, uso de
pesticidas, etc.

Es hora que nuestros gobernantes brinden el apoyo logístico y financiero
necesario e imprescindible para llevar a cabo estas tareas, tomando la
debida conciencia sobre la importancia que revisten los organismos
inferiores en la naturaleza


Por ello, estas medidas conservacionistas deben ser tomadas YA, antes que
lamentemos recordar: "Ese hermoso mundo que teníamos y no supimos cuidar".

Andrés Eugenio Varga